domingo, 11 de agosto de 2013

Trenza de pollo

Ya lo he dicho mil veces pero no está de más repetirlo: hacer con sobras de comida de algún dia una delicia de plato para otro día es una de las mayores satisfacciones de la cocina. Cuando te pasas horas en la cocina a veces llegas a pensar que el esfuerzo no merece la pena pero alguna vez te sale un plato muy rico que sirve incluso para deleitar a buenos amigos en casa y piensas "pufff pues esto mola, sí tiene recompensa". Esta trenza de pollo tiene poco misterio, hojaldre, pollo y bechamel pero lo rica que está, y más si ese pollo es como digo algo que ha sobrado de otro día, algo tan rico como un pollo al ajillo. Asi que plato redondo, fácil, rápido y hasta barato.



Ingredientes;
  • plancha de hojaldre fresco
  • restos de pollo, en este caso pollo al ajillo
  • harina
  • leche
  • sal
  • mantequilla
  • cebolla frita

Bueno el procedimiento es sencillo. Desmenuzar el pollo y mezclarlo bien con el juguillo que debe de estar separado en bloque por ser grasita.  Poner en una sartén un poco de aceite y una nuez de mantequilla. Cuando esté caliente echar una cucharada y media de harina. Rehogar bien para que luego no tenga sabor harinoso. Añadir un poco de leche y mezclar bien. Seguir añadiendo leche y salar. Cuando tengamos una masa aún muy muy espesa, echar el pollo troceado y la cebolla frita. Mezclar y añadir un poco más de leche. No se trata de una bechamel en si, si no de conseguir que el pollo adquiere una textura apelotonada, es decir, el protagonista es el pollo, no la bechamel. Apagar el fuego y dejar enfriar.

Un vez frío extendemos la plancha de hojaldre. Hacemos una linea con el cuchillo en tres partes a lo largo. Se pone el relleno en el centro. Las dos de los lados se cortan en tiras y se van poniendo encima de la del centro formando la trenza.


Se pincela con huevo batido o leche y se mete al horno hasta que esté dorado a unos 180 ºC